La endodoncia elimina la pulpa infectada del interior del diente para aliviar el dolor y evitar su extracción. Tras la limpieza y el sellado, restauramos la función del diente con una corona o un empaste.
Adormecemos la zona, retiramos la pulpa infectada del interior del diente, desinfectamos los conductos y los sellamos. A menudo se coloca una corona para proteger el diente y restaurar su función normal.
La endodoncia evita la extracción de dientes infectados. Elimina el dolor, detiene la infección y restaura la función, preservando su sonrisa natural y permitiéndole masticar y hablar con comodidad.
Terapia de conducto radicular
Alivia el dolor y salva los dientes infectados.
Si experimenta dolor, inflamación o sensibilidad dental debido a una infección, es posible que necesite una endodoncia. Es ideal para pacientes que desean conservar su diente natural en lugar de extraerlo.
El dentista adormece la zona, extrae la pulpa infectada, limpia y da forma a los conductos radiculares y sella el diente. Después, suele colocarse una corona. La mayoría de los pacientes sienten alivio al cabo de un día y recuperan la funcionalidad completa de su diente.
El tratamiento de conducto suele durar entre 60 y 90 minutos y se completa en una o dos visitas. El dentista elimina la infección, limpia los conductos y sella el diente. La mayoría de los pacientes retoman sus actividades normales el mismo día.
Las endodoncias tienen una alta tasa de éxito, pero podría necesitar una corona posteriormente para proteger el diente. Es posible que sienta algo de dolor durante unos días. Consuma alimentos blandos hasta que se asiente y evite masticar directamente sobre el diente.
Podría sentir una ligera molestia durante uno o dos días. Siga las instrucciones de alimentación e higiene. Las coronas que se coloquen posteriormente podrían requerir una visita aparte. La recuperación es rápida y la mayoría de los pacientes sienten alivio inmediatamente después del procedimiento.
